Grupo Fotográfico San Borondon

Presentación del
AUDIOVISUAL
MUNICIPIO DE GÁLDAR
Centro de Iniciativas de la Caja de Canarias
Martes, 28 de abril de 2009, 20,30 horas.
Buenas noches a todas y a todos.
Mis primeras palabras quiero que sean de agradecimiento al cronista oficial de Artenara, don José Antonio Luján Henríquez, por su amable invitación. No sólo por el ofrecimiento que me ha hecho  para presentar este acto, de lo que me siento muy honrado, sino también porque, a partir de hoy, comparto una nueva amistad: la de todos los componentes  del Grupo Fotográfico San Borondón.
No ha pasado mucho tiempo desde que otra noche, en este mismo lugar prologaba la actuación de un concertista de piano. Dije entonces que los pocos que me conocían de los presentes sabían que mi gran afición es la cultura. En primer lugar, soy un hombre de teatro: dirijo el Grupo Ajódar-Gáldar, en cuya fundación participé. Por ello, me hubiese gustado decir, que primero nació el teatro y posteriormente aparecieron las distintas manifestaciones culturales. Pero, naturalmente, reconocía que estábamos ante la base de todas las artes, la música. Desde la creación del mundo, allí estaba la música, en el ruido del mar,  de los árboles, del viento, del aire...
Han venido ustedes con el propósito de ver uno de los audiovisuales que el Grupo Fotográfico San Borondón tiene en su haber y no con el de escuchar un concierto musical. Y no están equivocados. Hoy martes, 28 de abril de 2009, vamos a presenciar la proyección del audiovisual dedicado a la ciudad de Gáldar. Pero coincidirán conmigo en que, en este trabajo, la música asume tanta significación como la imagen. A uno de los miembros de San Borondón, Ildefonso Bello, le corresponde el mérito de la selección de los pasajes más adecuados, labor digna de un compositor. Ya desde ahora, te felicito Ildefonso por la excelente creación de este audiovisual. Y digo “de este”, porque he de confesar, avergonzado, que es el primer trabajo de San Borondón que veo y que apenas tenía referencias de ese grupo cultural, pese a que Ildefonso y yo compartimos la condición de funcionarios del Gobierno de Canarias. Desafortunadamente, se trata de una falta recíproca. Cuando, hace pocos días, mi nuevo amigo me hizo una interesante visita en mi domicilio, en compañía de  Mariano Guillén, les hablé de algunas de las actividades de mi sociedad escénica, mostrándose ellos tan sorprendidos como yo, cuando supe que ya han realizado más de treinta audiovisuales y que sus cámaras han captado imágenes de la mayor parte de los municipios de Gran Canaria.
Con este hecho, queda una vez más justificado, el anhelo que en muchas ocasiones manifestado en público y que, con fecha 28 de julio de 2004, presenté en forma de escrito en el Registro General de mi Ayuntamiento de Gáldar, durante el proceso de aprobación del Plan General de Ordenación del Municipio. No es, pues, una locura. No es una locura mi empeño de que se cree la Ciudad de las Artes.
Al igual que habitualmente se habla de “ciudad deportiva”, para referirse al espacio donde se localiza una variedad de actividades deportivas, la Ciudad de las Artes, daría cabida a todo un abanico de expresiones culturales: alfarería, artesanía, escultura, cerámica, cine, danza, fotografía, música, pintura, teatro, vídeo, etc.
Cada manifestación contaría con una escuela propia.
Entiendo que es la única manera de que todos los que nos dedicamos a la creación artística, contemos con un impulso común, respetuoso con nuestras personalidades, y con un espacio adecuado para contactar con la sociedad.
Todas las agrupaciones o asociaciones culturales debemos unirnos para lograr este interesante y necesario objetivo. Creo que con esta introducción está compensada mi falta, así como el desconocimiento por parte de mis amigos fotógrafos de la mayor parte de las  actividades de mi grupo teatral.
Esta noche, la mayor parte de los presentes, al estar acostumbrados a presenciar los audiovisuales de San Borondón no experimentarán la sensación de novedad de los que, como yo hace poco, disfrutamos por primera vez de uno de ellos. A los nuevos espectadores les diré que ya estaba enamoradísimo de mi ciudad de Gáldar, pero, después de presenciar esta realización, prometo que no me echaré otra “novia” en mi vida.
Antonio Fernández Bethencourt, Ildefonso Bello Doreste, Mariano Guillén Rodríguez, Pepe Dévorak y Servando Hernández Rodríguez han logrado descubrir los sentimientos galdenses. Han captado y han transmitido cómo las motivaciones más humanas se reflejan en un pueblo. 
Por eso, yo, esta noche,  me atrevo a asumir la representación de todos mis convecinos de Gáldar, porque tengo la certeza de que, una vez visto el trabajo de San Borondón, se sumarán  todos conmigo, para agradecer el canto poético que nos  han dedicado.
En los años de mi actividad profesional en el Centro de Arte La Regenta, uno de mis compañeros de trabajo, bien entendido en el arte, pero con una inusitada afición hacia lo abstracto, -que no pretende representar seres o cosas concretas, sino que atiende los elementos de forma, del color, de la estructura- cuando tropezaba con la pintura realista -que presenta las cosas tal como son- afirmaba con una peculiar expresión: “¡Esto es una fotografía!”. En mi humilde entender del arte pictórico, yo le replicaba que benditos los que contaban con el don de poder hacer con los pinceles lo que hace una máquina. Pero no olvidemos, en ningún caso, que la fotografía es un arte, y ya antiguo, puesto que fue creado por el francés Niépce en 1816, al lograr obtener la primera imagen negativa sobre un papel. Si el inventor levantara hoy la cabeza y viera los adelantos de la digitalización, como dicen nuestros mayores, volvería a morir, pero del susto.
Si don tiene el pintor, no menos don tiene este grupo de artistas, que, como bien dijo el prestigioso escritor Luis León Barreto son capaces de captar la arquitectura popular, la luminosidad de nuestros cielos, la isla vertical de los acantilados, las corrientes de lavas centenarias, las ermitas sembradas por nuestros campo y, las plazas con laureles de indias…Yo también les felicito por el meritorio trabajo que llevan a cabo, al inmortalizar preciosas  imágenes  que, al igual que nosotros,  podrán disfrutar las futuras generaciones.
Sin pretenderlo, tanto el Grupo Fotográfico San Borondón como quien les habla, coinciden en un objetivo común, el de dar a conocer una ciudad en distintos aspectos.
Ya lo adelantaba en 2006 al comienzo de mi publicación sobre La Ruta Escultórica Borges Linares cuando escribía: Sólo deseo que el lector que se encuentre con esta publicación en sus manos no deje de hojear la totalidad de sus páginas y disfrute de las obras del Artista, sino que  se comprometa –antes o después- a visitar la ciudad de su origen y ubicación, y que, además, le sirva de pauta para que, cuando se adentre en algún  otro municipio de nuestra región canaria, no se sienta satisfecho con ver sus casas consistoriales, su iglesia y el parque más cercano, sino que se introduzca en él contactando con sus rincones, sus edificios, su gastronomía, sus costumbres y sus tradiciones y, sobre todo, con sus gentes… Ojalá que todos los municipios tomen como ejemplo esta iniciativa, y utilicen las obras de arte, sean o no de un solo autor, como sus elementos referenciales
Hoy quiero añadir a este comentario que no sólo sirven para conocer una ciudad las obras pictóricas y escultóricas, sino también creaciones como estos preciosos documentales audiovisuales. Es nuestra esperanza que, al igual que sucedió con la Ruta Escultórica, que contó con el respaldo de las Direcciones Generales de Cooperación y Promoción Cultural y de Promoción Educativa del Gobierno de Canarias, pudiendo así ser puesta a disposición de los centros de enseñanza media y superior, las bibliotecas públicas y las asociaciones culturales del Archipiélago, encuentren estos  trabajos un apoyo similar, puesto que, al igual que el ensayo sobre Borges Linares, reúnen un valor divulgativo de destacados aspectos de la singularidad de nuestra tierra, puestos de relieve tanto en su contenido como en su presentación.
Por todo lo expuesto, no me toca  hablar de la historia de Gáldar. Afortunadamente contamos con el concurso de las nuevas tecnologías, que permiten acudir a varias páginas web, como la del Ayuntamiento y las de diversas instituciones y entidades, donde se informa cumplidamente sobre   nuestros orígenes y nuestras costumbres. Entre ellas se encuentra -perdónenme la inmodestia- angelruizquesada.com donde se recoge el texto íntegro del pregón que en 2007 dediqué a mi pueblo, atención que ha tenido conmigo la página principal nuestrasislascanarias.com.
Hoy vamos a disfrutar por nosotros mismos, sin ningún comentario en  “off” que nos condicione de este maravilloso audiovisual, que les auguro nos hará pasar una velada inolvidable.
De la Ciudad de los Guanartemes veremos su preciosa flora,  sus animales, el cultivo de las cebollas y de las plataneras; el mercadillo, la recova, las vueltas a su plaza principal, sus bares, sus tiendas de aceite y vinagre, las vendedoras de sardinas, los panaderos. También contemplaremos sus signos religiosos, y hasta conoceremos al “Tachú”, personaje muy conocido que ya forma parte del paisaje popular.
Hasta los plásticos de los invernaderos nos parecerán entrañables.
Es otra manera de descubrir a una población de la que ni sus propios habitantes saben que es tan  hermosa.
Disfrutemos con el Audiovisual que el Grupo Fotográfico San Borondón nos ha dedicado con tanto vigor, lleno de preciosas imágenes acompañadas, como dije, de una extraordinaria selección musical.
Muchas gracias por la atención prestada.
                                                      Ángel Ruiz Quesada
Martes, 28 de abril de 2009